Para ser humano en el tercer milenio, en la era de la salud y no de la enfermedad

 




 
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CONECTARSE CON LA PROPIA AUTORIDAD

No poder entrar en contacto con la propia autoridad, es sinónimo de sometimiento. Las personas que se someten son incapaces de defenderse o de rechazar lo que los demás le piden. No pueden negarse y evidencian un exagerado interés por satisfacer los deseos de los demás. Todo el tiempo están intentando agradar a los demás o de satisfacer las necesidades de otros a cualquier precio, incluso sacrificando sus propios intereses, afectos y necesidades personales. No les gusta en absoluto generar problemas o desagradar a los demás, por miedo a ser rechazados. Los límites no están dentro de sus posibilidades, dejando así que los invadan en todas las áreas de su vida. Dan, simplemente para tener paz, en lugar de hacer lo que desean, porque no quieren pelearse. Pero esto los lleva a acumular bronca generando así resentimiento permanente. Su propio bienestar depende de si sus semejantes se encuentran bien y por este motivo, están siempre dispuestos a ponerse a su disposición o a ayudarles en caso de dificultades.

La amabilidad, la generosidad, su buena disposición, la gran ternura, la tendencia a dar más que a darse a sí mismos, la mayoría de las veces, no son suficientes para que sean respetados. Lejos de esto, son manipulados, estafados, y abusados por personas con tendencias al poder y al autoritarismo. Aún así, tienden a permanecer junto a personas fuertes, de poder, sometiéndose a ellas. Por ejemplo, pueden llegar a soportar excesos y malos tratos con tal de no perder su empleo o a alguien que quieran.

Estas personas se autocastigan y permiten que los castiguen porque no se sienten merecedoras de ser queridas, no se sienten con derecho a expresar lo que sienten o lo que piensan.

Todo este trabajo de agradar, de no generar problemas, de no poner límites, de hacer todo lo que les piden, de callarse, de ceder a los gustos de los demás, de estar pendientes de lo que los otros necesitan para sentirse bien, de dejarse para el último lugar, les genera mucho cansancio, debilidad, desgano, falta de interés, tristeza, miedo, culpa, vergüenza, debilidad, frustración e incluso depresión.

Todas estas características demuestran que algo no está funcionando bien, que se ha infringido la ley de la vida, ya que siempre ésta se orienta hacia el despliegue, el crecimiento y la alegría.

Por ello, es importante tener en cuenta que hay esencias florales que ayudan a salir de ese estado. Un proceso de ayuda profesional, acompañado de remedios florales para este tipo de problemática, permite descubrirse, tomar contacto con la propia autoridad y la conciencia del valor propio que se posee y el derecho a vivir la propia vida.

Clr. Luisa Holik

luisaholik@fibertel.com.ar 
www.luisaholik.com.ar 
CEL 155-139-4559


 

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