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CICLO VITAL
FAMILIAR Por: Clor. Eduardo Oyarzú ETAPA DEL NOVIAZGO En la adolescencia los jóvenes comienzan el aprendizaje de establecer relaciones de pareja, las que serán más o menos estables dependiendo de muchos factores sociales y culturales, ligados a su crianza y personalidad. No suelen ser conscientes del bagaje familiar que llevan incorporado, aunque quizá sí de las demandas implícitas de la familia de origen para que forme pareja. Cuando finalmente así lo hacen sucederá al mismo tiempo que los padres de ambos pasarán de alguna forma a ser parte influyente en sus decisiones. No son solo dos personas que se juntan sino dos familias y estilos que se ponen en contacto, situación de la que no siempre se tiene conciencia en virtud de la "ceguera" propia del enamoramiento. Esta es la etapa de las ilusiones, todo es perfecto y color de rosa, ninguno tiene defectos serios y los pequeños son cambiables, se amontonan las virtudes y el amor es para siempre. ETAPA DEL MATRIMONIO O CONFORMACIÓN DE LA PAREJA ESTABLE La decisión de ambos miembros de la pareja de casarse o de vivir juntos da carácter estable a la relación. Debiera ser la etapa de establecer o consolidar acuerdos previos sobre la forma en que cada uno de ellos entiende la relación y sobre las expectativas que tienen sobre ella. La relación que de ahora en más mantendrán con sus familias de origen es una parte importante del acuerdo. El tiempo para la procreación, para las actividades laborales, para los amigos de la pareja y de cada uno son todas situaciones a conversar y acordar. El hecho real de vivir una suerte de encantamiento en la pareja reciente hace que algunas veces se evite entrar en temas en los que no están aún de acuerdo, con el creciente riesgo de que se enquisten y aparezcan en el futuro; los supuestos, la creencia de que ciertas cosas que uno de la pareja ve son aceptadas por el otro de la misma forma, puede llevar a desengaños dolorosos. Por otra parte es la etapa del verdadero conocimiento mutuo, la convivencia empieza a revelar detalles de la vida cotidiana que no siempre se comparten, lo que demanda un proceso de adaptación por parte de ambos, proceso en el que se pueden desatar conflictos, algunos hasta por pequeñeces. EL NACIMIENTO DE LOS HIJOS Esta etapa del ciclo vital contiene en sí misma distintos hitos que podrían estar marcados por cada hijo que llega, aunque el primero es el que desacomoda a la pareja en forma más visible. Pueden surgir en esta etapa celos nuevos, en especial de parte del varón por la relación madre - hijo y eventualmente desacuerdos en cuanto a la función de cada uno ante el recién llegado y las tareas de la casa. La familia puede sufrir desarreglos a causa de la desestabilización de cualquiera de los miembros de la pareja ante su nuevo rol de padre. Asimismo la llegada del primer hijo generalmente intensifica la ingerencia de las respectivas familias de origen, abuelos y tíos opinan y dan consejos, por lo que la pareja necesita estar sólida para poner los límites. LA ESCOLARIDAD El comienzo de las clases del mayor de los niños es un hito importante, incluso si hubiera estado asistiendo a alguna guardería desde antes. Padres y abuelos participan del comienzo de la educación formal del primogénito con sus ansiedades y expectativas. Esto puede ser fuente de tensión. Este momento no es considerado por todos como una etapa del ciclo vital, aunque Jay Haley por ejemplo, la considera como el inicio de un posible período de crisis. En esta como en algunas otras etapas, los integrantes adultos de la familia deben adaptar las creencias de sus familias de origen a las de la familia nuclear que han constituido. Dice Haley: "La escuela representa para los padres su primera experiencia con el hecho de que los hijos terminarán por dejar el hogar y ellos quedarán solos frente a frente." Agregamos que además en muchos padres se asocia a la inquietud por "lo que ese hijo llegará a ser en el futuro". Los niños en contacto con otros niños de otras familias obligan a los padres a responder y a afirmar el estilo de vida elegido como propio. EL MATRIMONIO EN LA MITAD DE LA VIDA Este período intermedio se da cuando la pareja lleva varios años juntos, y en general los hijos se encuentran entre la pubertad y la adolescencia. Los esposos están posiblemente en la mitad de sus ciclos vitales personales, con realizaciones laborales o profesionales logradas. Seguramente tienen un enfoque más maduro de la vida y la relación se profundiza entre ellos al tiempo que amplían su círculo de amistades y de armonía con la familia extensa. Pero también pueden aparecer inconvenientes. Puede ser que haya conciencia de parte de los esposos sobre que habrá cosas que ya no podrán lograr, ambiciones que no se concretarán y puede haber desilusiones al respecto. Los hijos adolescentes suelen parecerles diferentes, hasta desconocidos por sus planteos y son fuente de ansiedad y desacuerdo en la forma de relacionarse con ellos. La mujer ama de casa que comienza a tener tiempo libre en el hogar puede ser que desee emprender actividades que tenía relegadas lo que obliga a un fuerte reacomodamiento al grupo familiar y a ella misma en cuanto a confiar en sus aptitudes. "Uno de los inevitables dilemas humanos es que si un hombre alcanza la mitad de la vida y ha progresado en status y en posición se vuelve más atractivo para las mujeres jóvenes, mientras que su mujer, más dependiente de su apariencia física, se siente menos atractiva para los hombres."(Haley) En esta etapa muchas actitudes con las que la pareja había resuelto situaciones anteriores, se han rigidizado y la solución de los conflictos suele ser más difícil. Incluso con terapia. El divorcio puede aparecer como una posibilidad. LA INDEPENDENCIA DE LOS HIJOS En esta etapa, también llamada del "destete", los hijos pueden comenzar a irse del hogar nuclear, tanto por formar pareja como por estudios. De todos modos aunque en la actualidad algunos permanecen durante más tiempo en la casa paterna por la prolongación de la adolescencia, suelen ser más independientes. Hay muchas familias que soportan adecuadamente la ida de algunos de sus hijos, pero cuando uno en particular se apresta a irse se produce un conflicto debido a los vínculos o al rol que ese hijo desempeñaba: puede haber canalizado parte de la comunicación entre los padres, o haber necesitado de un cuidado especial en algunos momentos de su vida o simplemente ser el último en irse lo que dejará al matrimonio solo luego de tantos años. Para muchas parejas esto suele ser terrible porque se encuentran con que no tienen nada que decirse o comienzan a reeditar conflictos que habían dejado pendiente sin resolver desde antes de la llegada de los hijos. Se avecina la posibilidad de ser abuelos y las dificultades de aprender a serlo, respetando o confrontando la voluntad y los modos de crianza de los nuevos padres. RETIRO DE LA VIDA ACTIVA La jubilación del marido o de ambos pone a la pareja ante el desafío de volver a estar casi todo el tiempo juntos, lo que puede resultar fuente de disidencias. De todos modos es posible también que el matrimonio entre en un período de armonía, en especial si los recursos son suficientes y tienen ambos alguna actividad que realizar. La realidad actual prolonga en muchos casos la necesidad de trabajar de uno de los cónyuges por lo que esta etapa se atrasa y en todo caso se complica cuando aparecen enfermedades o discapacidades propias de la edad. MUERTE DE UNO DE LOS CÓNYUGES La muerte de uno de los cónyuges es el fin de la pareja, aunque el sobreviviente muchas veces mantiene fidelidad al difunto no rehaciendo y ni siquiera considerando la posibilidad de una nueva unión. Esto depende además de la edad en que deba afrontarse la viudez. Para algunos puede ser el comienzo de un largo duelo en el que incluso se llega a la "sacralización" del fallecido y en otros resulta una verdadera liberación a la que por diversas razones no hubiera podido llegar a través de la separación o el divorcio. Si el sobreviviente es joven y los hijos aún no son independientes se transforma en una familia uniparental, que a su vez luego puede transformarse en ensamblada. Si es una persona mayor puede reorganizar su vida ya sea alrededor de sus amistades y/o diferentes actividades, inclusive volver a casarse; es mayor el número de hombres que lo hacen que de mujeres, pues estas se adaptan mejor a la soledad y ellos no se llevan bien con el mantenimiento de una casa. En otros casos los viudos pueden quedar pegados al pasado y convertirse en una verdadera carga para sus hijos. OTRAS SITUACIONES En la lista de eventos determinantes de nuevas situaciones vitales es necesario incluir al divorcio, y las nuevas formas familiares de estos tiempos que abarcan una amplia gama de variantes, como la reconstitución de una nueva pareja, conviviente o de camas separadas, madres o padres a cargos de sus hijos, o de alguno de sus hijos, nuevas parejas "noviando", con hijos adolescentes a cargo, etc. Los tiempos actuales exigen que tengamos la amplitud de analizar otras situaciones del desarrollo de la pareja y la familia cuando acuden a la consulta que puedan ser considerados como hitos vitales. Por ejemplo, el matrimonio es una etapa del ciclo vital ordinario, posterior al noviazgo. Pero en nuestra sociedad es cada vez más común que las parejas decidan vivir solas por acuerdo mutuo y sin "casarse" antes en el sentido clásico del término. Y también es común que tras dos, tres o equis años decidan "oficializar" esa unión y "casarse". Ese rito social, que puede ser religioso, de orden civil o solo una celebración festiva, puede marcar el inicio de un nuevo ciclo vital en esa pareja, que quizá ya se ha constituido en una familia por la presencia de uno o más hijos y a pesar de que en la práctica no haya ningún cambio visible en la convivencia el ritual de la boda los hace ingresar en un nuevo status. Los rituales (la boda en este caso) actúan en las transiciones normativas experimentadas por personas y grupos a lo largo de su vida, marcando el final de una etapa de desarrollo y el comienzo de otra nueva. Para Shaik Arletty, desde una posición "ritualista" en la terapia familiar, las transiciones del ciclo vital familiar comprenden básicamente: el establecimiento de la familia, cuando 2 personas se unen mediante el contrato matrimonial; su extensión por el nacimiento de los niños; su disminución por la emancipación de los hijos, la muerte de sus miembros y en ocasiones el divorcio. Otro aporte, el de González Tornaría, reafirma considerar siempre la variable implícita del tiempo cuando se habla de ciclo vital, "ya que la familia se desarrolla en una dimensión temporal que la marca. Pasado, presente y futuro tienen pesos diferentes para cada familia. Así, veremos a algunas más centradas en el pasado: "mi padre no hubiera resistido esto"; otras, volcadas en el presente: "debemos disfrutar ahora al máximo a nuestros hijos, ya que el tiempo vuela"; y otras, en el futuro; "cuando los hijos sean grandes podremos..." Cada etapa por la que pasa la familia tiene un conflicto central qué resolver. La resolución de este conflicto es lo que hace posible el crecimiento de la familia como unidad integradora, así como el crecimiento de cada uno de sus miembros. Sino pueden solos, deben solicitar ayuda profesional de modo de encontrar un funcionamiento adecuado y autónomo. Eduardo A. Oyarzú Consultor Psicológico Enfoque Centrado en la Persona Procesos individuales - Parejas - Familias - Grupos Email: Turnos o consultas: consultoreduardo@hotmail.com |
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